sábado, 14 de febrero de 2009

AL SEPTIMO DIA, DESCANSE

El tema del amago de incendio me rondó toda la semana. En un principio creía que estaba exagerando la nota al haber llamado a bomberos, si sólo era un pequeño foco con llamas. A los cinco minutos la pequeña llama se había extendido a uno dos metros cuadrados. Cuando llegó bomberos, luego de ser llamados por un par de vecino, entre ellos yo, la extensión era ya superior a 8 metros cuadrados y comenzaba a amenazar una arboleda próxima que se encuentra justo delante de los silos del molino. Habrían pasado alrededor de 25 a 30 minutos.





Lo importante del cuento es que bomberos cumplió con apagar el fuego, y rociar con agua la zona que parecía libre de ya de llamas, sin embargo lo realmente preocupante es que el fuego sólo se extinguió casi en su totalidad seis días después.




Realmente para mí era impensable creer que una pequeña llaba hubiese avanzado con tanta celeridad, y que haya perdurado activo tanto tiempo. Todas las mañanas de esos seis días me levantaba y observaba una pequeña humareda, que a eso delel medio día se encendía espontáneamente con una pequeña brisa. Hasta que no aguanté más, y convencí a mi señora de acercarnos a apagarlo con unas botellas de agua. El pequeña llama aparecía y se iba casi por arte de magia durante tal cantidad de tiempo hasta que finalmente la zona dejo de humear. Puedo decir ahora, con notoria menor preocupación, que al séptimo día descansé.




Casi a modo de epílogo. realmente es difícil no temer a la evolución que ofrecen los incendios forestales, más aún en esta estación del año, cuya temperatura ha superado con creces los 30 grados C.




Al principio creí que era exageracón, después me di cuenta que era una pequeña prueba de voluntad y capacidad de reacción que exigía la acción inmediata y que nadie paracía visualizar, primero, y luego asumir con responsabilidad.




Nuestro Parque Koke posee árboles centenarios, y aunque cada vez en menor cantidad, aun sigue siendo un importante pulmón de óxigeno que limpia el aire de la ciudad y contribuye a hermosearla. El Parque Koke es una de las cartas de presentación que posee el rancagüino cuando quiere hablar bien de su procedencia. Yo conocí el nombre de este sector hace 35 años y en aquel momento vivía en la ciudad de Valparaíso, Por aquel tiempo ni imaginaba que iba yo a vivir en este lugar.




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